El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, ha descartado una posición común de las entidades sobre el fin de las cláusulas suelo, pues cada hipoteca es un contrato individual que se rige por sus propios términos, y cada banco hará lo que le convenga.

En su intervención en el seminario de la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie), patrocinado por BBVA, Martín se ha mostrado sorprendido porque un producto "beneficioso para la estabilidad financiera" y para evitar la variabilidad de tipos de interés se contemple ahora como un producto tóxico, nocivo o fraudulento.

Preguntado por la orden que ha dado el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, para que el Banco de España vigile el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo contra las cláusulas suelo opacas en todas las entidades, Martín se ha mostrado en contra de "unificar posiciones" de los bancos, ya que cada uno tiene su estrategia.

Ha recalcado que en ese sentido coincide con el subsecretario de Economía y Competitividad, Miguel Temboury, en el sentido de que es una sentencia que no se puede generalizar.

"El futuro de los bancos pasa por convencer al cliente de que actúa en su beneficio"

No obstante, no ha descartado que se produzcan más casos como el del BBVA, una de las entidades afectadas por la sentencia junto a Novacaixagalicia y Cajamar, al eliminar por completo estas cláusulas que limitan la bajada de las hipotecas según euribor.

Según su opinión, el banco que preside Francisco González, ha podido reaccionar así "porque piensa que es lo que conviene al cliente". Para Martín "el futuro de los bancos pasa por convencer al cliente de que actúa en su beneficio" y "fidelizarlo" recuperando la reputación perdida durante la crisis, por lo que es posible que haya más entidades que apliquen dicho criterio de anticipación, al igual que hicieron algunas entidades con las preferentes.

En todo caso, para Martín ni los tribunales ni la sociedad han valorado que las cláusulas suelo son "simplemente un mecanismo para evitar la variabilidad indeseable de los tipos de interés" y como tal es un producto beneficioso para los prestatarios. "Cómo eso se ha convertido en un producto tóxico y nocivo no lo entiendo, es una de las grandes incógnitas", ha opinado.

Además ha recordado que el Supremo no ha dicho que las cláusulas suelo sean malas en sí, sino que su comercialización se ha realizado incorrectamente. En su opinión "cuando se pierde el partido se echa culpa al árbitro o a mala suerte" y por eso ahora se dice que la regulación establecida "no sirve para nada".

Martín, que ha pedido "un poco de seriedad en este tema", ha recordado también que el Senado consultó sobre este tipo de hipotecas al Banco de España al comienzo de la crisis, en 2010, y el supervisor le respondió que es "un gran invento" que da "gran estabilidad" a los tipos de interés.