De Guindos lo reconoce: para cumplir el objetivo de déficit de 2017, el próximo Gobierno tendrá que hacer ajustes. "La diferencia con el 3,1 está en el 0,5 de esfuerzo estructural que obedece a medidas discrecionales que debe tomar el próximo Gobierno", explica.

La traducción a esas palabras es que el objetivo que nos marca Bruselas para el año que viene es del 3,1%, pero con el presupuesto prorrogado que el ministro enviará el viernes, el déficit se irá al 3,6%. Medio punto de desfase que implica ajustes por unos 5.500 millones de euros, aunque el titular de economía lo negase hace menos de un mes: "Europa ha pedido pasar al 3,1, el ajuste se puede cumplir perfectamente manteniendo el crecimiento económico la generación de empleo…"

La tarea de los recortes queda para el próximo Ejecutivo, que según el ministro contará con apoyos para aprobar unas cuentas más realistas. "Tanto Ciudadanos, PSOE y PNV entienden nuestros compromisos con Bruselas", señala.

Desde el partido de Albert Rivera asumen que habrá recortes pero advierten que negociarán dónde. "Europa te dice cuánto tienes que recortar pero no te dice dónde", señala Inés Arrimadas.

Son ajustes que, según Podemos, afectarán a los derechos de los ciudadanos. Según el calendario de De Guindos, las nuevas cuentas podrían aprobarse en noviembre.