La subida del petróleo puede poner en peligro la promesa presupuestaria de volver a ligar las pensiones al IPC, previsto en el 1,6. Los analistas creen que un petróleo más caro subirá la inflación hasta el 2%, lo que elevaría los 1.500 millones que cuesta la promesa, haciendo más difícil su cumplimiento.

Más gasto en pensiones podría poner en riesgo el objetivo de déficit, aunque Montoro siempre ha asegurado que hay dinero por el ahorro de los intereses de la deuda.

Una tesis que se caería con un petróleo más caro: a más inflación, más intereses; con una prima de riesgo que podría subir por el temor a un Gobierno eurofobo en Italia.

Y hay un problema más, España es muy dependiente del petróleo exterior y si sube a las empresas les costará más producir. Eso frenaría el PIB, la recaudación y el empleo.

Actualmente el barril de brent roza los 80 dólares, pero según varios analistas podría tocar los 98 dólares en unos meses.