Gabriel tiene intención de comprarse un chalet. Para ello debe vender primero su piso. "Quiero vender mi piso para comprarme este chalet porque ganaré calidad de vida", asegura. No lo va a tener muy complicado porque la compraventa de viviendas está en alza.

Esto es, 12 meses seguidos de subida coronados por un relevante dato: el pasado mes de enero se ha disparado un 18,6% con respecto al mismo mes de 2016. "Se nota más alegría entre los compradores", afirma Juan Martínez, agente de la Inmobiliaria Tegeisa.

Muchos de esos compradores se animan al estudiar la rentabilidad: un 9% de media si compramos una casa para después alquilarla. Algo menos si sólo la utilizamos como primera vivienda. Las dos opciones ganan al 1,8% de rentabilidad que nos ofrecen los bonos españoles a 10 años.

Esto es lo que ha convencido a personas como Héctor para lanzarse a la compra como inversión de un piso en el centro de Barcelona. "Los productos financieros a veces son muy volátiles. No los puedes tocar y eso te da inseguridad", considera. Él es un ejemplo del auge de este tipo de compradores; sobre todo, en las grandes ciudades españolas.

De hecho, Barcelona es la ciudad española donde hoy en día se compran más viviendas como inversión: cuatro de cada diez. Le sigue Valencia, con un 37%; y en tercer lugar Madrid, con un 32%. Estas cifras podrían reavivar los miedos a una nueva burbuja inmobiliaria, pero los expertos, de momento, los espantan.