El Gobierno se plantea proponer a Bruselas el aplazamiento de un año en el cumplimiento de los objetivos, lo que significaría que no se situará este año el déficit de las cuentas públicas por debajo del 3%, sino que este objetivo se vería aplazado al menos durante un año, tras los malos resultados del cierre del défict en 2015, con una desviación 0,8 puntos de las previsiones iniciales, terminando en el 5%.

Los objetivos de estabilidad previstos por el Gobierno y aprobados por Bruselas situaban el déficit público para el presente año por debajo del 3%, concretamente en el 2,8%, y continuaba la senda de descenso en los siguientes ejercicios, con una reducción hasta el 1,4% en 2017 y al 0,3% en 2018.

No obstante, tras incumplir el objetivo de déficit de 2015, que estaba situado en el 4,2%, sobrepasando el gasto en más de 8.000 millones de euros, el Ejecutivo ha optado por hacer previsiones macroeconómicas "más realistas", tal y como aseguró esta misma semana el ministro de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos.

Para ello, se va a tomar como punto de partida el cierre del déficit de 2015, que se situó en el 5%, según el último cierre de cuentas que ha llevado a cabo el ministro de Hacienda, tras haber anunciado un desfase mayor que situaba el déficit en el 5,16%. El 3% el PIB es el tope según el cual Bruselas puede aplicar sanciones por déficit excesivo, tal y como está regulado en el artículo 126 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

Precisamente la petición de un año más a Bruselas para cumplir con esa premisa está contenida en el "Acuerdo para un Gobierno Reformista y de Progreso" que firmaron el PSOE y Ciudadanos. En ese documento se planteaba aplazar al 2017 el logro de un déficit por debajo del 3%, para hacer compatible la reducción del gasto con las políticas sociales y evitar de esta forma nuevos recortes.

Por su parte, el ministro de Hacienda también piensa que la reducción del déficit debe ser compatible con el crecimiento y la creación de empleo. Así lo afirmó el pasado jueves en su comparecencia ante la Comisión de Hacienda del Congreso para explicar la desviación de 2015. Además, aseguró que esta es la "lección" aprendida durante estos años.

"Hay que seguir reduciendo el déficit público. ¿A qué ritmo?. Al que sea compatible con mantener un crecimiento económico creador de empleo. Tenemos el lastre del paro, que hay que vencer con crecimiento económico. Y, por tanto, hay que reducir el déficit público como instrumento de mejora de la economía para conseguir crecimiento económico y creación de empleo", declaró.

Montoro también recordó que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, ya había ofrecido a los grupos políticos negociar una nueva senda de flexibilización del déficit público, ofrecimiento que se mantiene, si bien deberá "acomodarse con la Comisión Europea (CE) y los socios europeos".

De hecho, si Bruselas admite la propuesta de España, se puede allanar el camino con las CCAA, que han recibido muy mal la carta que les ha remitido Cristóbal Montoro esta semana dándoles un plazo de 15 días para adoptar las medidas necesarias para acomodar sus cuentas al objetivo de déficit de este ejercicio, que para las autonomías es del 0,3%.