El anuncio de la iglesia católica de prohibir esparcir las cenizas de los difuntos o tenerlas en casa ha generado un gran revuelo. Pero detrás de la muerte existe un gran negocio en nuestro país, que la subida del IVA del 8 al 21% en 2012, ha encarecido los precios de los sepelios entre 500 y 700 euros.

Un funeral cuesta una media de 3.500 euros en España, pero dependiendo de la ciudad el precio puede variar mucho. Barcelona es la ciudad más cara y un funeral puede costar hasta 6.500 euros, mientras que otras como Granada, Cuenca o Santa Cruz de Tenerife se acercan a los 2.500.

Los gastos del sepelio se desglosan en múltiples partidas. Si decidimos no esparcir las cenizas como pide la iglesia, el alquiler de un nicho en el cementerio puede costar entre 1.000 y 3.000 euros, en concesiones que pueden ir desde los 10 a los 50 años. Además, el ataúd puede costar unos 1.000 euros. Pero los gastos no acaban ahí, porque el tanatorio, los gastos de gestión, las flores o las esquelas se unen a los gastos.

Alrededor de las cenizas, además, también se ha generado un negocio contra el que quiere lucha la iglesia, para evitar "las prácticas inconvenientes o supersticiosas". Varias empresas 'transforman' las cenizas de los difuntos en diamantes, muebles o retratos.