Mercados casi vacíos y cambio de menús en las comidas. Es la primera consecuencia de esta crisis de las verduras y hortalizas.

En comedores de colegios, catering y restaurantes también van a buscar otras alternativas. De momento sus comidas son a base de legumbres, verduras congeladas y otros productos. "La gente pregunta si las judías son frescas y no lo son", relata Luisa Jiménez, cocinera catering 'Danna'.

Otra de las consecuencias, el desabastecimiento que están sufriendo muchas cooperativas, almacenes y centros ecológicos.

Los precios desorbitados que están generando ya pérdidas en las producciones agrícolas. Algunos hablan de hasta un 30% o un 40 % de perdidas económicas. "Y en algunos picos de producción más, la caída o perdida de kilos de producción", explica Luis Pacheco, presidente COCEM.

Otro de los efectos es el déficit nutricional que podemos sufrir. Algunos nutricionistas sostienen que si no ingerimos la cantidad de verduras a la semana que deberíamos nos puede afectar negativamente a nuestro organismo. "El no aportar la gasolina necesaria para nuestro cuerpo pasa factura", expresa Elisa Escorihuela, nutricionista.

Los agricultores estiman que por lo menos hasta dentro de un mes no se vuelva a la normalidad.