El gigantesco complejo alicantino que estaba llamado a ser pulmón del audiovisual español y europeo bajará el telón, salvo milagro, a finales de mes. Costó 370 millones de euros, acumula un déficit de al menos 84 millones de euros y Europa le reclama 265 millones que recibió en ayudas.

"La última ayuda que cobramos fue la de mayo y estamos a la espera de tener alguna comunicación", señala un hombre.

"Yo cada día me preparo mi bolsa con mis libros porque tengo la ilusión de pensar que voy a empezar a dar una clase y cuando llego me da un bajón porque no tenemos nada", comenta una profesora.

Mantenerlo abierto era una sangría: costaba 20 millones de euros al año, y eso que los trabajadores no cobran desde mayo.

La Generalitat insiste en que lo ha intentado, pero no hay dinero para pagarles, y por eso ejecutará un ERE.

Pese a tener los mejores equipos, a sus 320.000 metros cuadrados de superficie y a los 370 millones de euros que se invirtieron, esta 'Ciudad del Cine' nunca acabó de despegar. Apenas media docena de producciones la utilizaron cada año, la mayoría, subvencionadas para hacerlo con ayudas que la UE declaró ilegales.

"Esto es la crónica de una muerte anunciada consciente y voluntaria  de un Partido Popular que sólo buscaba fotos para su presidente", dice una representante de Izquierda Unida.

Ni siquiera sirvió reconvertirlo en centro de ocio, ni abrir sus puertas al público general. Otro megaproyecto que prometía beneficios millonarios para una provincia y que ha acabado vacío, en venta y sin comprador.