La "Dama de Hierro" europea ha advertido que los griegos se la juegan en las urnas el día 25 de enero. El aviso va más allá, "esta salida es casi inevitable si Syriza gana las elecciones y decide dejar de pagar la deuda pública", ha publicado el semanario der Spiegel. Todo un cambio de opinión en el gabinete Merkel, que hasta ahora veía la fractura de la moneda única como una hecatombe y, que según las filtraciones recogidas por el semanario, justifican por la supuesta buena marcha de la eurozona.

Tanto la canciller como el ministro de Finanzas lo ven aceptable porque creen que los riesgos para países como Portugal e Irlanda son ahora limitados. Oficialmente, el Gobierno alemán sólo dice que espera que Grecia "cumpla sus compromisos" con la Troika.

Alexis Tsipras, el líder de Syriza, declaró que "vamos a dejárselo claro a todos dentro y fuera del país. Solo los griegos pueden decidir, y solo ellos. Los griegos aún tienen la llave del país" ante las encuestas que dan por seguro el triunfo de la nueva "izquierda radical" de Syriza, que ha cautivado el voto de los descontentos griegos con un programa que precisamente se apoya en la renegociación de la deuda del país, quita incluida.

Y apuestan por decir adios a la austeridad y estimular el crecimiento. Aunque los sondeos de este fin de semana estrechan un poco la distancia con los conservadores, dibujan un nuevo Parlamento dominado por fuerzas progresistas. También confirman el desplome de los socialistas del Pasok, cuyo histórico líder Yorgos Papandreu ha dejado el partido que fundó su padre para encabezar uno nuevo. Un vuelco político que Alemania teme se extienda por Europa.