Un joven saltador base sueco salvó su vida milagrosamente después de lanzarse desde el piso 24, unos 75 metros de altura, de un edificio en Estocolmo y que no funcionara su paracaídas.

El salto contaba con el visto bueno del rascacielos de Kungsholmen. Y es que la legislación sueca permite este tipo de saltos siempre que cuente con determinados requisitos, como explicó la policía sueca al Daily Mail.

El salto pudo convertirse en una tragedia pero lo que ocurrió fue un milagro. Los amigos del saltador se encontraban grabando el momento y acudieron rápidamente a atenderle. El saltador fue ingresado en un hospital de Estocolmo con heridas graves, pero su vida no corre peligro, según medios suecos.