Cristiano Ronaldo no dejó escapar la primera oportunidad de reclamar los focos hacia su persona y con una nueva lección de pegada logró un triplete que permitió a Portugal salvar un empate ante España en Sochi (3-3) en el encuentro más atractivo de Rusia 2018 hasta el momento.

El delantero de Madeira llegaba pletórico al Mundial en el aspecto deportivo y con el sueño de alcanzar un nuevo éxito a nivel colectivo y, cómo no, individual y agrandar su figura. Es uno de los grandes reclamos del fútbol moderno.

El atacante del Real Madrid y Leo Messi protagonizan un duelo en la cima del balompié mundial desde hace muchos años. Acaparan todos los títulos individuales y con sus clubes también por equipos. Neymar, otro de los grandes reclamos universales, se consideró hace unos días el mejor del mundo porque el portugués y su excompañero en el Barcelona son de otro planeta.

Pese a los problemas con la Hacienda española e incluso con la cuestión de su futuro en el Real Madrid también en todo lo alto, Cristiano Ronaldo dio un golpe en la mesa del reclamo mundialista. Lo hizo en el escenario olímpico de Sochi, ante un gran rival como España, frente a varios jugadores con los que comparte vestuario y con los que hace tan solo unos días se coronaba por tercer año seguido campeón de Europa, y con el escaparate universal como testigo.

No tardó en dar el primer zarpazo. Forzó un penalti de su colega blanco Nacho Fernández y, a los cuatro minutos, inauguró la cuenta. Justo antes del descanso, con un disparo raso en el que falló David de Gea, firmó el 2-1, y a falta de cuatro minutos para el final salvó a su equipo de la derrota. Forzó otra falta, esta vez de Gerard Piqué en el borde del área, y Cristiano Ronaldo no apostó esta vez por la potencia sino por la colocación a la escuadra izquierda de la meta de De Gea, que tan solo pudo acompañar con la mirada el balón.

Primer 'hat trick' con Portugal

Cristiano Ronaldo, máximo artillero de la selección lusa, nunca había marcado un 'hat trick' con la camiseta de su país. Lo hizo para demostrar que es el líder indiscutible de la actual campeona de Europa. Tan solo Eusebio en 1966 y Pauleta en 2002 lo habían conseguido.

Marcó por cuarto Mundial consecutivo y se unió al grupo que integraban Pelé y los alemanes Uwe Seeler y Miroslav Klose. Además, en un solo encuentro sumó tantos goles como en las tres Copas precedentes en las que había participado. Para agrandar su figura recordar que ha marcado de forma seguida también en las Eurocopas 2004, 2008, 2012 y 2016.

Para hacer los tres goles disparó cuatro veces, la mitad de todo su equipo, recorrió 8.723 metros. Su velocidad máxima en los 30 esprints que protagonizó, fue de 33,98 km/h (en la primera parte). Pero la clave fue esa auténtica exhibición de pegada, como otras tantas veces con su equipo nacional y con el Real Madrid. Su actuación, junto a una buena España, alumbró al Mundial.

Los seguidores del fútbol rusos y aficionados de todo el mundo aún comentan el magnífico espectáculo del duelo ibérico. Porque tan solo la gran efectividad de CR7 pudo evitar la victoria de una selección española que supo equilibrar por dos veces un marcador adverso y acabó por remontar hasta tocar con los dedos el triunfo.