Dieciseis años hacía que Ferrari no lograba una victoria en Mónaco. Y diez años lleva Ferrari sin ganar un Mundial de pilotos. A lo primero, Sebastian Vettel ya le ha puesto remedio. A lo segundo, va en buen camino de ponérselo. El alemán se ha llevado el triunfo en la mítica prueba del Principado por delante de Kimi Raikkonen y de Daniel Ricciardo, y aumenta más la ventaja en el campeonato con respecto a un Hamilton que terminó séptimo.

Lo hizo gracias a la estrategia. Gracias a su ritmo. Y gracias a saber decidir qué era lo mejor en la siempre diferente prueba de Montecarlo. Y es que mientras que en casi todas las demás carreras se prueban los 'undercut', aquí lo que valió fue lo contrario. Lo que servía era mantenerse en pista, y fue justo lo que Seb hizo. Con Raikkonen parando antes que él, Vettel aumentó el ritmo de manera insultante para poder salir por delante de un frustrado Kimi.

No había muchas otras formas de adelantar en Mónaco, de hecho los adelantamientos que hubo en pista se cuentan con los dedos de las manos. Vettel, veterano, lo sabía, y sabía que esta prueba era fundamental en el devenir del Mundial pues Lewis Hamilton arrancaba 12º. El británico, eso sí, acabó en los puntos con un séptimo puesto, pero ve cómo aumenta la diferencia con un piloto y con un equipo que se mostraron intratables en las calles del Principado.

Unas en las que Carlos Sainz terminó sexto. No lo tuvo fácil el madrileño, pues en la primera vuelta Sergio Pérez probó la dureza de su Toro Rosso con un toque por detrás. Carlos mantuvo el tipo, aguantó detrás al Force India del azteca y a todo aquel que se le acercaba. Incluso a Lewis Hamilton y a su hoy menos poderoso Mercedes, a quien en las últimas vueltas tuvo a menos de un segundo por un safety car provocado por un fuerte accidente de Wehrlein que igualó todo.

Fue la única alegría para los nuestros, pues McLaren-Honda, sin Fernando Alonso, volvió a ver cómo sus dos coches se quedaban sin cruzar la bandera a cuadros. Por suerte para ellos esta vez no fue por un problema mecánico, sino por dos toques que Button y Vandoorne tuvieron. Jenson, con el Sauber de Wehrlein que terminó con el alemán contra el muro. Stoffel, solo, tras pasarse y mucho de frenada en una curva. Al final, directo a las protecciones.

Les queda aún camino para llegar al podio. Un podio en el que no hubo ningún representante de Mercedes y que cada vez más tiene color rojo en este 2017. Sebastian Vettel sigue con buen paso para ser campeón del mundo por quinta vez y para lograr su primer entorchado con Ferrari. Esta vez sí la 'Scuderia' está mostrando su grandeza. Esta vez no dominan ni la estrella ni el plateado.