Carlos Sainz llega a la última etapa del Dakar aún más líder, tras el accidente sufrido en el penúltimo día de competición por el francés Stéphane Peterhansel. El percance de Peterhansel, que chocó contra un árbol, deja momentáneamente al español como único Peugeot en el podio, justo en el año que la marca francesa se despide de la carrera.

Al madrileño le quedan por recorrer 286 kilómetros, de ellos 120 cronometrados, antes de pasar por el podio de meta de Córdoba (Argentina) como campeón del segundo Dakar de su carrera, tras haber recorrido cerca de 9.000 kilómetros en las últimas dos semanas por Perú, Bolivia y Argentina.

Sainz se tomará con calma ese último tramo de competición del rally más duro del mundo, como lo ha hecho en los últimos días, sin pisar a fondo el acelerador en las partes complicadas, consciente de la amplia ventaja que tiene sobre sus competidores.

929 kilómetros de etapa

La etapa se desarrollará por la sierra de Córdoba, escenario habitual de la cita argentina del campeonato mundial de rallys, por donde Sainz ya ha corrido y ganado en esa especialidad. De esta forma, tras cinco intentos frustrados que terminaron con cinco abandonos consecutivos en los años precedentes, el madrileño está a punto de repetir la victoria del Dakar que ya logró en 2010, entonces al volante de un Volkswagen.

En la etapa de hoy, la segunda más larga de todo el rally, con 929 kilómetros, de los que 369 eran cronometrados, el piloto español terminó sexto, a más de diecinueve minutos del catarí Nasser Al-Attiyah, ganador de la jornada.

El piloto árabe, que sumó su cuarta etapa ganada en este Dakar, se puso segundo de la general, a 46 minutos de Sainz, gracias al percance sufrido por Peterhansel, que perdió cerca de 45 minutos para reparar su rueda frontal izquierda, la dirección asistida y la columna de dirección tras su choque con un árbol.

El piloto galo terminó con un esguince en el pulgar de su mano derecha, lo que le mermó para el resto de la jornada, de manera que acabó la especial a más de una hora de Al-Attiyah, y se quedó en la cuarta posición de la general, a ocho minutos del podio que intentará alcanzar en la última etapa.

Sabor agridulce para Peugeot

Más allá de la victoria de Sainz, para Peugeot resultaría un golpe duro que ninguno de sus otros tres coches con los que inició la carrera terminen en el podio, especialmente después del año pasado, cuando hizo pleno en las tres primeras posiciones.

Con los franceses Sébastien Loeb fuera de concurso y Cyril Despres descartado para la primeras posiciones, Peugeot daba como bueno marcharse del Dakar con un doblete firmado por Sainz y Peterhansel, pero la única primera posición del español, aunque cumple el objetivo, puede saber a poco en la marca del león.

Más aún si la segunda y tercera plaza la terminan ocupando este viernes Toyota, su principal rival en este rally, con los vehículos de Al-Attiyah y el sudafricano Giniel De Villiers (Toyota), un éxito inesperado para la marca japonesa.