El Real Valladolid consumó el ascenso a Primera división, justo seis años después del último, tras empatar a 1 en Zorrilla -y obtener un 0-3 en el estadio de "Los pajaritos"-, ante un Numancia que marcó muy tarde y que nada pudo hacer ante el mayor empeño local y la entrega absoluta de los jugadores para regresar a la elite del fútbol.

Bajo la batuta de Sergio González, que se convirtió en un auténtico revulsivo para la plantilla blanquivioleta, el conjunto vallisoletano logró el objetivo planteado al inicio de la temporada, tras cuatro años en la categoría de plata, y con un juego que hizo revivir a la afición y que les situó como favoritos en la fase de ascenso.

El cuadro soriano salió dispuesto a realizar la hazaña y tratar de remontar el 0-3 en contra del partido de ida, pero los vallisoletanos no quisieron especular y, no solo mantuvieron la concentración atrás, sino que buscaron el área visitante desde el inicio, aunque tuvieron enfrente una bien plantada defensa.

Con un estadio a rebosar, el público vitoreó el nombre de Masip, el portero del equipo blanquivioleta, tras erigirse en protagonista de la primera ocasión del Numancia, dividida en dos fases: un primer disparo de Higinio, que rechazó el meta local y que dejó el balón en las botas de Diamanka, cuyo lanzamiento también encontró a un seguro Masip.

El tiempo iba transcurriendo y el Valladolid aumentaba su confianza y su ímpetu, pasando a controlar el juego y a asediar el área soriana. Hervías ya lo intentó con un lanzamiento lejano que acabó en las manos de Aitor Fernández y, posteriormente, Óscar Plano y Mata hilaron una buena jugada que tampoco llegó a culminar.

El "pichichi" blanquivioleta adquiría mayor notoriedad y, en el minuto 22, fue derribado claramente por Elgezabal dentro del área rojilla, pero el colegiado no señaló la pena máxima y el público protestó airadamente.

Sin apenas tiempo para lamentaciones, en la siguiente jugada, Kiko Olivas pudo inaugurar el marcador de Zorrilla con un buen remate de cabeza tras el centro de Borja, pero el esférico dio en el palo, en la que fue la mejor ocasión del Real Valladolid en la primera mitad.

Solo había un equipo en el terreno de juego, ya que el Numancia no era capaz de controlar el balón y, mucho menos, de ofrecer capacidad de creación alguna, lo que se tradujo en un dominio evidente del Real Valladolid, si bien se llegó al descanso sin goles.

El técnico del Numancia, Jagoba Arrasate, agotó todos los cambios en la reanudación, en busca de más intensidad, pero la realidad fue que el Real Valladolid mantuvo intacta su intención de rematar la fase de ascenso con un nuevo gol ante una afición entregada, que llevaba muchos años esperando cumplir el sueño del ascenso.

Los sorianos seguían sin ideas y apenas se acercó al área local, en la que estaba bien asentada la defensa vallisoletana, y los de Sergio González, aunque buscaron ese gol que pusiera la guinda a la gran eliminatoria realizada, tampoco consiguieron llegar con la claridad suficiente a la zona rojilla.

Cuando faltaban cuatro minutos para el final, Manu del Moral lograba abrir el electrónico, con un gol dentro del área, pero eso no frenó al público vallisoletano, que siguió animando a su equipo hasta el final, que se prolongó tres minutos más, y que trajo consigo un último gol de Mata, para empatar el encuentro y terminar de desatar la alegría de la afición.