El Estadio de la Cerámica acogía uno de los partidos más importantes para el devenir de la Liga. El Villarreal recibía al Real Madrid, que había cedido su liderato al Barcelona, que ganó en el Calderín, y se enfrentaba a una de sus pruebas más duras.

Zidane confió en su once de gala, apostando por la BBC de inicio con Modric, Kroos y Casemiro por detrás. Por su parte, Escribá alineó a Adrián de inicio junto a Bakambu, Castillejo y Trigueros, un ataque que causaría serios quebraderos de cabeza a la defensa blanca.

Con los 22 protagonistas sobre el terreno de juego, el partido dio comienzo y lo hizo con dominio cambiante. Modric era el más lúcido de los blancos, internándose entre la defensa del Villarreal y dando a sus compañeros oportunidades de crear peligro. Sin embargo, el esfuerzo grupal de los locales, mucho más acertados en la salida del balón, dio lugar a un vendaval de 10 minutos.

La primera parte, del Villarreal

Antes de la media hora de partido, el Villarreal gozó de dos ocasiones claras de gol, una por parte de Castillejo y otra de Trigueros. Keylor tuvo que sacar su mejor repertorio de paradas y el Madrid esquivó dos balas letales que pudieron cambiar el partido desde bien pronto.

La mala noticia de la primera mitad la dejó la lesión de Asenjo, que, después de hacer una parada espectacular, cayó lesionado, llevándose la mano a su rodilla izquierda. Fue retirado del campo y tuvo que ser sustituído por Andrés. Siguió el partido y se nivelaron las tornas, aunque eso no significó que el Madrid tuviese más ocasiones.

Con eso y poco más se llegó al descanso. El partido se mantenía 0-0, resultado que daba el liderato de la Liga al Barcelona con un partido más que el Real Madrid. El 'Submarino Amarillo' completó una primera mitad muy completa, dominando todos los aspectos del juego, con una defensa sin excesivas fisuras y un ataque clarividente y vertical.

Trigueros abrió la lata

Ya en la segunda parte y sin cambios por parte de los dos equipos, la dinámica siguió siendo la misma. El Villarreal tenía el dominio total del balón, haciendo lo que quería con un centro del campo del Real Madrid totalmente desestructurado.

Y en ese dominio llegó el merecido gol que tanto estaba buscando el Villarreal. Trigueros definió ante un Navas que nada pudo hacer para detener un disparo que puso el 1-0 en el marcador. La Liga daba un vuelco tremendo, el Barcelona era el nuevo líder de la competición.

El Real Madrid estaba noqueado, sin ideas, sin juego y, ahora, sin liderato. El Madrid imbatido se convirtió en un equipo vulgar, desestructurado con una BBC en otro lugar, pero definitivamente no en el Estadio de la Cerámica.

Bakambu llevó la locura al Estadio de la Cerámica

Pero la cosa no iba a acabar ahí, Bakambu hizo la herida más grande para los blancos con el 2-0. El delantero galopó hacia el área blanca librándose de la marca de Ramos y definiendo a la derecha de Keylor Navas. Un golpe que parecía definitivo a un partido que sólo tenía un partido.

Zidane intentó reaccionar metiendo a Isco y quitando a Casemiro en el campo, sin tocar la BBC. Pero fue precisamente un miembro de esa BBC el que recortó distancias en el marcador.

Un cabezazo de Gareth Bale, que volvió a marcar en el estadio en el que se estrenó como jugador y goleador del Real Madrid, puso el 2-1 en el marcador y daba esperanzas al Real Madrid de remontar un partido que no había dominado en ningún momento.

Polémico penalti de Gil Manzano

El gol pareció darle aire al Real Madrid, que tenía ideas más lúcidas en ataque y mayor posesión del balón gracias a un buen Isco. Le quedaban 20 minutos y las oportunidades se agotaban, pero de repente se encontró con la oportunidad de empatar el encuentro.

Gil Manzano señaló un penalti por mano de Bruno, que la golpeó después de un rechace de la defensa del Villarreal. Escribá entró en cólera y fue expulsado del encuentro, no podía estar más en desacuerdo con la decisión del colegiado. También fue amonestado Roberto Soldado.

Cristiano Ronaldo se encargó de convertir la pena máxima y de poner el 2-2 en el luminoso. El Villarreal no se lo podía creer, estaba en shock tras la decisión de Gil Manzano, que decidió que hubo voluntariedad en la acción de Bruno. El Madrid fue con todo, Zidane decidió sacar a Morata en lugar de Benzema, visiblemente cansado.

Morata consumó la remontada

No le pudo salir mejor el cambio a Zidane. Morata cabeceó un centro medido de Marcelo y consumó la remontada de un Real Madrid que tuvo más de lo que mereció visto el transcurso del partido. El liderato volvía a ser suyo después de haberlo perdido durante 84 minutos de partido.

Con ese resultado, el 'Submarino amarillo' intentó empatar la contienda, pero le fue imposible. El partido loco del Estado de la Cerámica acabó 2-3 y el Madrid aguantó su liderato sufriendo muchísimo ante un enorme rival como fue el Villarreal.

El Real Madrid se mantiene como líder con un punto más que el Barcelona y un partido menos que los culés. Sufrió, remontó y venció el Madrid un partido que bien puede valer una Liga.