Cuando el Real Madrid saca el rodillo da igual quién esté delante. Da igual que tenga frente a él a un equipo Champions, a uno que hace un curso aguantó a Real Madrid y Barcelona el pulso por la Liga durante más de una vuelta. Los de Zidane, con bajas en defensa, se dieron una gran fiesta el día de la celebración del quinto Balón de Oro de Cristiano y barrieron al Sevilla. Cinco a cero, y todo en la primera parte.

El Sevilla estaba en la hora de la siesta. En la hora y media de la siesta más bien, pues no apareció en ningún momento por el Santiago Bernabéu. Con todos centrados esta semana en las bajas defensivas del Real Madrid, los hispalenses fueron con la destacada ausencia de todos sus jugadores. Estaban presentes, pero tan solo en forma corpórea para hacer un pasillo al Real Madrid.

Para hacer que Cristiano y el equipo blanco viviesen su partido más plácido del curso y que el templo blanco disfrutase como hacía tiempo, mucho, que no lo hacía. En plena fiesta por el quinto y merecido Balón de Oro del 7, a los dos minutos el Real Madrid ya celebraba el gol de Nacho. Pájara monumental de la zaga sevillista, con un lento Sergio Rico, y el central cogiendo un balón suelto en el área pequeña para poner el balón dentro de las redes.

Huracán blanco

Sería un ejemplo de lo que vendría después. El Sevilla no se enteraba de qué iba la película ante el campeón de Europa. Sin tensión, sin intensidad. Sin orden. Y llegando tarde a todo tanto en cuanto a ideas como en cuanto a materialización. La 'resistencia', o la opción del empate, duró 20 minutos... porque a partir del 23 llegó el tornado blanco para apisonar a los sevillanos.

Primero Cristiano, de jugada, con un sutil y efectivo disparo de interior por el primer palo... y luego otra vez Cristiano, esta vez de penalti tras unas manos de Jesús Navas. El luso estuvo a punto de fallar, pero la potencia pudo más que un Sergio Rico que adivinó por dónde iba a lanzar el Balón de Oro. Lejos de conformarse con 3-0, o de reaccionar a base de orgullo el Sevilla, el Real Madrid siguió disfrutando antes del descanso.

Y el público más aún, porque el cuarto, el de Kroos, fue un golazo colectivo. Primero por el robo de Cristiano pero, sobre todo, por la inteligencia mostrada por Toni y por Lucas Vázquez. El gallego, lejos de centrar sin ton ni son el balón, la puso atrás para un germano que, en vez de entrar como un loco al área, supo esperar donde no había nadie para con un toque batir a Sergio Rico. Achraf, titular hoy, haría el quinto a los cuatro minutos tras una buena asistencia de Benzema.

El Sevilla, con la idea de no encajar más

Ni se había llegado al descanso y el Real Madrid ya había finiquitado por completo la visita de uno de los equipos más incómodos del campeonato y uno de los 16 que aún siguen en Champions. Pero, en el Bernabéu, el Sevilla se minimizó o no tuvo opción ante un rival superior. Solo el bajón del ritmo del duelo evitó una goleada aún más escandalosa, y es que la segunda parte fue un trámite para los dos.

Para uno, el Sevilla, que en su cabeza tan solo tenía el no salir aún más vapuleado del Bernabéu. Para otro, el Real Madrid, que quería ahorrar fuerzas sabiendo que ahora toca el Mundial de Clubes. Hasta Cristiano, en el 75, puso rumbo al banquillo bajo una sonora ovación para dar entrada a Isco.

Hora del Mundial de Clubes

Ambos lograron su objetivo. El del Real Madrid, ahora, es emprender viaje para disputar el Mundial de Clubes y reeditar un título que hace un año ganaron ante el Kashima. Sin duda alguna este resultado, el de 5-0 ante un rival Champions como es el Sevilla, les va a servir de acicate y de adrenalina para su moral.