El Barcelona arrolló al Celta de Vigo en media hora para certificar su clasificación para los cuartos de final de la Copa del Rey. Ese fue el tiempo que necesitó la letal sociedad que forman Messi y Jordi Alaba para barrer al equipo de Unzúe. Luis Suárez le dio la puntilla tras un error garrafal de Pione Sisto.

A día de hoy el Camp Nou disfruta como nunca. Coutinho puede dar fe. El brasileño se lo pasó en grande viendo a su nuevo equipo y como no a Leo Messi. Valverde ha logrado armar un equipo competitivo y, por encima de todo, con un hambre voraz. La presión que ejerce todo el Barça en campo rival es uno de los secretos de un equipo que vuelva en cada partido.

El Celta poco pudo hacer ante esa presión y ante la sociedad que forman Jordi Alba y Leo Messi. El lateral le dio dos asistencias al argentino para los dos primeros goles, y la 'pulga' devolvió la gentileza con un pase al hueco de los que sólo existen en su cabeza.

En menos de media hora el Celta era un juguete roto a manos del Barcelona, que aún anotó un cuarto gol antes del descanso merced a un error garrafal de Pione Sisto. Luis Suárez recogió un pase atrás para fusilar a Sergio.

El resto del partido y la segunda parte sobraron. Para muestra decir que Unzúe reservó en el intermedio a Aspas y Wass, y Valverde hizo lo propio con Piqué dando entrada a Vermaelen.

Tuvo tiempo el 'Txingurri' hasta para dar media hora de descanso a Messi e Iniesta, y minutos a Dembéleé y Arnaiz. Y con Paulinho sin jugar y Coutinho en la grada... Le sobrar recursos a un Barça que ahora mismo mete miedo en cada partido.