Eric Cantona protagonizó uno de los momentos más terribles vistos sobre un terreno de juego. El francés propinó una patada terrorífica a Matthew Simmons en Selhurst Park, un aficionado del Crystal Palace, y fue suspendido nueve meses por ello.

Muchos pensarán que esto es una mancha en el historial de Cantona, pero a él no se lo parece. De hecho, cree que se quedó corto. En unas declaraciones recogidas por 'Mirror', el francés cree que fue "un gran sentimiento".

"No puedo arrepentirme, fue un gran sentimiento, aprendí de ello... Y creo que Simmons también", reconoció. No se quedó ahí, ya que también dijo que "tenía que haberle pegado más fuerte".