El camino del conjunto de Klopp, que hace dos años perdió la final de la Liga Europa contra el Sevilla, en esta Liga de Campeones ha sido muy firme, sin conocer la derrota hasta el sufrido 4-2 en el Olímpico de Roma con el que avanzó a la final.

Después de superar en la previa al Hoffenheim alemán, en la fase de grupos, donde coincidió con el equipo hispalense, empatando ambos encuentros (2-2 en Anfield y 3-3 en el Sánchez-Pizjuán pese a ir ganando 0-3), concluyó primero con 23 goles a favor tras hacerle sendos 7-0 al Maribor, a domicilio, y al Spartak, en casa.

Posteriormente, en el cruce de octavos, zarandeó al Oporto portugués, al que sentenció ya en la ida en Do Dragao con un demoledor 0-5, para luego empatar sin goles en Anfield.

En cuartos, Klopp le volvió a tomar la medida a Pep Guardiola, eliminando al Manchester City tras ganar 3-0 en su estadio y por 1-2 en el Etihad.

Ante la Roma, vivió de las rentas tras la exhibición (5-2) de la ida con un Salah en modo estelar.

La vuelta en El Olímpico fue muy diferente pero el Liverpool sobrevivió (4-2) para llegar a la gran final de Kiev.