Bombonas de oxígeno preparadas, buzos probando las máscaras en niños... los grupos de salvamento ya trabajan en un rescate que no va a ser sencillo.

La cueva consta de una primera entrada con varias galerías, pero hay otra zona más complicada: se trata de un trayecto de 400 metros hasta llegar al lugar donde han encontrado a los niños.

Por ese mismo camino tendrán que salir; por eso les van a enseñar a bucear, con el objetivo de que atraviesen un trayecto extremadamente difícil y peligroso, en la oscuridad y con aguas llenas de barro.

"Semanas"... o incluso meses

"Para que os hagáis una idea, hay que bucear durante una hora y media o dos, dependiendo del material que tengamos que trasladar", dice uno de los buzos profesionales que llegó hasta los niños. Preparar a los niños y llevarles comida y cuidados médicos puede llevar semanas.

"Todavía estamos en plena operación. Nuestra misión no ha terminado todavía", asevera un comandante de la Armada de EE.UU. Sin embargo, no es la única manera de abandonar la cueva.

Varias máquinas trabajan desde fuera para drenar el agua de la cueva con el objetivo de vaciarla. Pero el trabajo es lento y tiene que dejar de llover.