El Real Madrid salvó hoy, gracias a su reacción en el tercer cuarto, la visita de un rocoso Valencia Basket que, cinco días después de derrotar a los blancos en la Fonteta, le volvió a poner las cosas muy difíciles al líder de la competición en su lucha por la segunda plaza de la Liga Endesa (83-71).

Los taronjas, que fueron mejores en la primera parte, se vinieron abajo en un tercer cuarto de claro color local (27-12) que les dejó sin opciones de luchar por el triunfo ante un rival que fue de menos a más y se repuso mejor al cansancio tras una semana con doble compromiso europeo para ambos equipos.

El acierto inicial de los visitantes desde el perímetro, con dos triples de Bojan Dubljevic y un tercero de Rafa Martínez, le permitió dominar el marcador durante casi seis minutos, el tiempo que tardó el Real Madrid en reaccionar de la mano de Anthony Randolph y Walter Tavares.

Las defensas se imponían a los ataques y las imprecisiones y la falta de frescura tras una semana cargada de partidos propiciaban en ambos bandos un bajo marcador que se mantuvo al final de un primer cuarto igualado que se decantó del lado valenciano tras cinco puntos finales de Tibor Pleiss (17-18).

El guión se repitió en la reanudación, con dos triples consecutivos de Sastre y San Emeterio que pusieron a los de Txus Vidorreta siete arriba aprovechando que los tiradores blancos no tenían su tarde y habían fallado todos sus lanzamientos desde la línea de 6,75.

A base de coraje y, un día más, al trabajo en ambas zonas de su capitán, Felipe Reyes, los locales volvieron a meterse en el partido tras un parcial de 11-2 que les volvió a otorgar el mando en el ecuador del segundo acto (30-28).

Aunque los vigentes campeones de Liga no se descompusieron y, con un juego más regular y un ataque más fluido, se rearmaron y fueron capaces de llegar al descanso con un cómodo colchón de siete puntos tras una primera parte en la que sumaron ocho triples frente a un rival que solo fue capaz de anotar uno de sus doce intentos (38-45, min. 20).

El paso por vestuarios sentó mejor a los de Pablo Laso, que solo necesitaron tres minutos para igualar el choque gracias a su mayor criterio en la circulación del balón y a un bravo Facundo Campazzo quien, con seis puntos consecutivos, le dio a los suyos la máxima ventaja hasta ese momento y obligó a Vidorreta a pedir tiempo muerto (60-54, min 27).

Con el paso de los minutos, el Valencia Basket se fue desinflando ante un líder crecido en el tercer cuarto que cerró su aro gracias a un inmenso Tavares. A base de rebotes y tapones, el caboverdiano fue minando la moral taronja y permitió al Real Madrid llegar a los últimos diez minutos con un esperanzador 65-57.

La defensa blanca siguió frenando en seco las acometidas visitantes en el inicio del último periodo y permitió ir cimentando el triunfo con rentas que fueron aumentando hasta los dieciséis puntos y se quedaron en doce al final del choque (83-71).