Sobre el papel para el Unicaja iba a ser un reto vencer al CSKA y en cuanto el tiempo comenzó a correr se constató que ante los cajistas estaba un gigante que, cumplidos los primeros cinco minutos, ya vencía por 10 puntos (7-17).

Joan Plaza levantó del banco a Nemanja Nedovic, pero el serbio no fue determinante para los locales y el primer cuarto, a pesar de los triples de Alberto Díaz y Adam Waczynski, acabó a favor de los moscovitas (16-27).

Con el segundo tramo en marcha, Wazcynski se autoproclamó líder de los cajistas y en el minuto 15 un triple del alero y una suspensión perfecta de Ray McCallum hicieron que el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena volviera a ser un infierno al ver al Unicaja a un punto de los rusos (31-32), aunque la alegría no duró mucho y el CSKA volvió a hacer daño a los de Plaza y se fue al descanso con ventaja (39-46).

Tras el parón, los verdes se midieron a la máquina rusa y al arbitraje, que según dio a entender la grada malagueña no fue justo con los suyos, pero, a pesar de los obstáculos, el buen juego de los malagueños, combinado con dos triples seguidos de Carlos Suárez más otro tiro desde la línea de 6,75 de Sasu Salin, puso las tablas en el crono a falta de 4 minutos para el final del tercer cuarto (55-55).

Todo estaba a favor del Unicaja. El Carpena se vistió de final de infarto y McCallum dio lo que la afición pidió con dos canastas impresionantes. Así se comenzó la remontada, que concluyó con un pabellón entregado a su equipo y con un Unicaja con ganas de vencer al CSKA, aunque con todo el partido por decidir (65-63).

El partido alcanzó su máxima emoción y Sergio Rodríguez tiró del CSKA y tuvo conexión directa con la canasta. Ello, sumado a los errores del Unicaja, dio alas a los rusos, a pesar de los intentos de James Augustine (78-85. Min39).

Los cajistas lucharon hasta el final, el Carpena tampoco se rindió, pero los rusos metieron una marcha más, la brecha de los nueve puntos fue irreparable y el partido acabó para el CSKA por 80-89.