"Todo el asunto Harvey Weinstein es muy triste, para todos los implicados", declara el director estadounidense. "Es trágico para las pobres mujeres que se vieron afectadas, y triste para Harvey, cuya vida está tan arruinada".

"No hay ganadores, simplemente es muy, muy triste y trágico para esas pobres mujeres que tuvieron que pasar por eso", apostilla. Allen, quien fue acusado de abusos sexuales por su hija adoptiva, Dylan Farrow, asegura que nunca en su carrera le llegaron denuncias contra Weinstein, pese a que trabajó con él en numerosas películas, entre ellas 'Poderosa Afrodita' ('Mighty Aphrodite', 1995).

"Nunca me vino nadie ni me contaron historias de terror de forma verdaderamente seria", afirma. "Ni lo habrían hecho, porque a ti no te interesa. Lo que te interesa es hacer tu película".

Allen reconoce que se oyen rumores "todo el tiempo", y apunta que algunos "resultan ser verdad y otros, muchos, son sólo historias sobre tal actriz o tal actor". El cineasta dijo que espera que las revelaciones contra Weinstein sirvan para conseguir "alguna mejora", pero confió en que no desemboquen en un ambiente enrarecido.

"Lo que no quieres es que esto conduzca a un ambiente de caza de brujas, un ambiente Salem (ciudad estadounidense donde se perseguía a las brujas), donde cada tipo en una oficina que le guiñe el ojo a una mujer de repente tenga que llamar a su abogado para defenderse. Eso tampoco estaría bien", sostiene.

"Pero por supuesto, esperas que algo así pueda transformarse en algo beneficioso para la gente, en lugar de ser solo una situación triste o trágica", puntualiza. Entre quienes investigaron a Weinstein se encuentra el propio hijo de Allen, Ronan Farrow, quien habló con varias de las mujeres que denunciaron el acoso del productor.

La Academia de Hollywood anunció ayer que ha expulsado a Harvey Weinstein, y precisó en un comunicado que quiere enviar el mensaje de que "la era de la ignorancia deliberada y la complicidad vergonzosa" con los delitos sexuales ha terminado.