El cantante Pulpul tuvo que estar cuatro años sin tocar: "Escucho unos grillos tremendos. Aumentó muchísimo y decidí parar; ya me daba miedo llegar a la sordera". Al igual que Pulpul, otros músicos como Bob Dylan, Neil Young, Eric Clapton, los hermanos Gallagher o Chris Martin son otras víctimas del llamado tinnitus o acúfeno.

El tinnitus no solo se genera por la exposición a volúmenes altos, también puede derivarse de la tensión muscular o emocional. Lo que escuchamos con estos acúfenos son sonidos internos que normalmente filtramos.

El problema para quien lo padece es que no tiene cura y en la Sanidad Pública no hay unidades de acúfenos y eso hace que proliferen los tratamientos poco recomendables o de dudosa fiabilidad. Es habitual encontrarse con pacientes que relatan experiencias médicas que, lejos de suponer una mejora, les generan una frustración mayor.

"Me empezaron a inyectar bótox por detrás de las orejas. Empecé una sesión con rayo láser que a mí había veces que me llegaba a oler a quemado", apunta Pulpul. Y continúa: "La única opción es convivir con ello, aprender a desviar la atención y ya está".

Pulpul lo aprendió a encarar así el tinnitus en una clínica donde apuestan por un tratamiento multidisciplinar que incluye a psicólogos y fisioterapeutas. Todo ello porque sólo existe una cosa clara: a mayor angustia, más constante se hace el pitido. El estrés lo aumenta y La relajación lo reduce.