Los gritos de ansia de libertad se escuchan más fuerte que nunca en la casa de Bernarda Alba. A Federico García Lorca lo mataron hace 80 años por sus ideales, pero sus versos siguen latiendo.

El por qué lo explica la vigencia de la temática del autor. Sus luchas internas se reflejan y personifican en sus personajes. Lorca retrataba a una mujer sedienta de libertad que "lucha por ser dueña de su cuerpo", explica Alberto Conejero, dramaturgo.

"Como gay en una sociedad tan represiva, no puede vivir abiertamente su condición sexual. Eso alimenta su obra", explica el biógrafo del autor, Ian Gibson. Y ahora es esta obra la que alimenta a los autores de la actualidad.

De alguna manera, este hombre que saltó de su tiempo para vivir en nuestro futuro y hacerse eterno, cumple con la permanencia de su obra, el espíritu de La Barraca. Aquella compañía de teatro con la que soñaba llevar a todas partes la poesía, la cultura y estar cerca siempre de los desamparados y oprimidos, buscando la libertad y la justicia.