Según confirmó el propio museo, el material estaba almacenado en una caja fuerte existente en el museo, pero alguien la sustrajo y en la misma también había guardada una importante suma de dinero no especificada por las autoridades.

El veneno es un bloque negro del tamaño de un terrón de azúcar que estaba guardado en un frasco de vidrio con una tapa roja. Este veneno letal funciona como un relajante muscular, antes de provocar una parada cardiorrespiratoria, y además de para cazar, se usa para ejecutar la pena de muerte en algunos países, añade el museo.

"No estaba en exposición. No queríamos incluirlo en nuestra colección. Me imagino que los ladrones querían la caja fuerte, y no sabían que había veneno dentro", dijo el director del museo, Amito Haarhuis.