Ucrania ganó este sábado el festival de Eurovisión más político ya que su representante, Yamala, interpretaba '1944', una canción que homenajeaba a su abuela, pero además, denunciaba la deportación de los tártaros de Crimea por la Unión Soviética.

Con ella, se hizo una excepción porque los mensajes políticos han estado siempre prohibidos en este festival. "Hubiese preferido que esta canción nunca hubiese existido", explicaba ella.

Pero durante muchos minutos la ganadora fue Australia, la cual casi se alzó con el primer puesto hasta que el nuevo sistema de puntuación sumó el televoto, tras el cual no pudieron hacer nada las grandes favoritas.

Ni el despliegue de efectos especiales y magia del representante ruso ni tampoco Barei. La representante española puso en pie el Ericsson Globe de Estocolmo con una gran actuación y, aunque sólo alcanzó el puesto 22.