Los que conocían a Tino Casal sabían que sus canciones seguirían siendo modernas 25 años después. "Se imaginaba sonidos en su cabeza y muchas veces no sabíamos cómo conseguirlos. La intuición hacía que a veces alquiláramos instrumentos intentando buscar un sonido que él tenía en la cabeza", explica Javier Losada, arreglista de Tino Casal.

Él introdujo en España la música que se escuchaba en Europa. Según Nacho García Vega, de 'Nacha Pop', "estaba en esa nueva ola, en esa new wave que estaba muy extendida y estaba causando estragos por todo el mundo".

La música electrónica, su falsete irrepetible y su estética transgresora le convirtieron en un icono de la movida madrileña. "Su aspecto era así interiormente", afirma Javier Losada.

Se atrevió con chaquetas de lentejuelas, de terciopelo y de cuero, que todavía conservan algunos de sus amigos. "Si salía a la calle y veía que no le miraban mucho, se volvía a casa y se cambiaba de ropa", recuerda su productor, Julián Ruíz.

Pero su espíritu rompedor no se limitaba a la música. De su mente salían cuadros que también reflejan el 'universo Casal'. Era un bicho raro en su época que el tiempo ha puesto en su lugar.