La Policía ha dejado en libertad con cargos al operario de iluminación de la gala de los premios Goya que se entregó en la comisaría del distrito madrileño de San Blas para confesar que había robado unas joyas valoradas en cerca de 30.000 euros y que devolvió a los agentes.

El arrestado queda ahora a la espera de ser citado por el juzgado que instruye el caso, acusado de un delito de hurto, no empleó la fuerza para robar, tipificado en el Código Penal con una condena de entre seis y 18 meses porque el valor de lo sustraído supera los 400 euros.

En su primera confesión ante los agentes ayer por la tarde, el trabajador de la empresa de iluminación subcontratada para la gala de los Goya alegó que se llevó las joyas como recuerdo de la ceremonia pensando que eran "baratijas".

Decidió entregarse en la comisaría de San Blas tres días después de que se presentara la denuncia por el robo y después de que los agentes comenzaran a tomar declaración a otros técnicos de televisión e iluminación.

Las joyas se encontraban en una caja detrás de una televisión en una estancia del hotel Marriott Auditorium de Madrid situada detrás del escenario que la organización de la gala de los premios había habilitado como vestuario.