Tras una vida de continuas depresiones, el 5 de agosto de 1962 Norma Jean Baker fallecía en su casa de Brentwood, California, por una sobredosis de Nembutal, un potente somnífero de la época, al que la actriz era adicta y que le era suministrado por sus médicos personales, por lo que pudo ser una negligencia.

Debido a que las causas del fallecimiento nunca se esclarecieron del todo, las conspiraciones acerca de la muerte de Monroe no han dejado de generarse a lo largo de todos estos años. Diarios como 'Daily Mail' recogen el testimonio de los encargados de la autopsia que dicen que la actriz estaba con el cuello hinchado y amoratado.

En cualquier caso, sus restos descansan en paz en el Cementerio Westwood Village Memorial Parl, en su ciudad natal, Los Ángeles. El lugar se ha convertido en un punto de peregrinaje obligatorio para los seguidores de la 'tentación rubia', cuya influencia, como ha demostrado la historia, no hay lápida que la detenga

La 'tentación rubia' nunca quiso que hablaran de ella cuando hubiera muerto pero, ni que decir tiene, que no lo consiguió. Si algo se le escapó a Marilyn Monroe fue el control sobre su impacto, el que tuvo en el mundo y sobre sí misma. Por ello, tal vez no creyera que, 55 años después de su muerte, continuaría más viva que nunca a través de su legado.

Actriz y cantante insuperable, símbolo sexual del siglo XX y siempre vinculada a los personajes más poderosos de su tiempo, los inicios de Monroe no fueron precisamente fáciles. Su leyenda nació el 1 de junio 1926 bajo el nombre de Norma Jean Baker, en el seno de una de las muchas familias desestructuradas que proliferaron en Los Ángeles previos a la Gran Depresión.

Con el final de la Segunda Guerra Mundial, la suerte de Norma cambió y, como su nación, resurgiría convertida en algo que la humanidad no había visto jamás. Apenas entrada en la veintena y con una deslumbrante melena rubia platino, Norma se convirtió en Marilyn y el mundo recibió un impacto que transformaría la cultura pop para siempre. Nadie podía saberlo, pero era el comienzo de un mito.