Con el público acostumbrado a las gamberras galas de los Globos de Oro en los últimos tiempos, la edición de este año destacó por su tibieza y notable aburrimiento y tan solo se vio sacudida, como un rayo caído del cielo, por un emocionante, sereno y combativo discurso de Meryl Streep.

"Todos los que estamos en esta sala pertenecemos a dos de los sectores más vilipendiados, extranjeros y prensa", comenzó con energía Streeo en un discurso marcado de principio a fin por la crítica a Donald Trump y que causó furor en las redes sociales.

La actriz recordó la burla por parte del presidente electo de Estados Unidos hacia un periodista discapacitado. "La persona que pidió sentarse en el asiento más respetado de nuestro país imitó a un periodista discapacitado, alguien a quien supera en privilegios, poder y la capacidad de defenderse".

Posteriormente, continuó: "Me rompió el corazón ver esto y todavía no puedo sacármelo de la cabeza porque no era una película, sino la vida real. Humillar así a alguien en público por parte de una persona con tanto poder llega a todo el mundo, y en cierta forma da permiso a otra gente a hacer lo mismo".

Streep ensalzó el cosmopolitismo del cine, repasando rápidamente a algunos actores nacidos fuera de EEUU, y agregó que "Hollywood está lleno de extranjeros, de forasteros". "El único trabajo de un actor es sacar a la luz la vida de personas diferentes (...) Si expulsan a los extranjeros solo veremos fútbol y artes marciales", aseguró la intérprete, que añadió que "la falta de respeto provoca más falta de respeto y la violencia invita a la violencia".

Streep también abogó por la necesidad de un periodismo fuerte e independiente: "Necesitamos que la prensa defienda y saque a la luz todas las historias, que hagan que los poderosos respondan de sus actos. Todos tenemos que apoyar a nuestros periodistas porque los vamos a necesitar".