La barbarie nazi sigue marcando a muchas familias en la actualidad. Es el caso de Dory, una barcelonesa criada como católica, que descubrió que su familia era judía. "Encontré en el altillo de mi habitación siete cajas con toda la documentación de mi familia", explica.

Esas siete cajas se han convertido, ahora, en un libro en el que cuenta cómo sus abuelos, judíos alemanes, fueron deportados a un campo de concentración. "Desgraciadamente fueron exterminados en Auschwtiz", lamenta.

Más de 70 años después, Dory le da voz a sus abuelos, una voz silenciada por el Holocausto. "Me estalló en la cara, no fue un tema que sólo repercutió en los judíos, sino en toda la sociedad europea", destaca.

La madre de Patricia, Violeta Friedman, estuvo prisionera durante un año en Auschwitz. Violeta nunca habló con su hija Patricia de su terrible experiencia para protegerla del dolor que padeció. "Era un tabú en mi casa, cada vez que se hablaba mi madre empezaba a llorar", recuerda. Sin embargo, sí que se desahogó con la siguiente generación, sus nietos. "Con los nietos sí que había mucha comunicación", indica Patricia.

El libro Mauthausen, relata la experiencia de un republicano español en el holocausto. El autor que nos lo narra es el sobrino nieto de la víctima. Otro ejemplo del impacto intergeneracional del nazismo. "El Holocausto sigue contaminando a la familia, es un sentimiento heredado", destaca Patricia. Todos quieren que no se olvide, para que no se repita.