Ella sí que llevaba guardaespaldas: la noche de los Goya, Penélope Cruz tenía un guardajoyas pendiente de cada paso que daba. Lucía unos pendientes de oro blanco de 18 quilates engastados con diamantes y, también dos anillos, uno de zafiros y otro con un diamante en forma de pera de cinco quilates.

Todo de la marca Chopard, una firma de alta joyería muy estricta con las medidas de seguridad. "Ponemos un guardaespaldas que va con la celebrity y cuando acaba el uso se las da", explica Helena Bermúdez de Castro, directora de Comunicación de Chopard.

Las aseguradoras siempre exigen en el préstamo de joyas para eventos unas garantías seguridad que varían en función del precio de las piezas.

La noche de los Goya nadie vigilaba las joyas que quedaron en la habitación donde se cambiaban las celebrities. No había cámaras de seguridad, ni estaban custodiadas en una caja fuerte, el hotel ni siquiera tenía conocimiento de que en esa habitación hubiera algo de tan valioso.

De momento la Policía estrecha busca al responsable, interroga a los empleados de la organización y a los del hotel que contaban con llave maestra.