Una escalera hacia el cielo, un arcoiris en medio de la noche y hasta un árbol de Navidad negro, así imagina el mundo Cai Guo-Qiang. Es un artista chino que usa la pólvora como pincel y el aire como lienzo que se encargó, entre otros trabajos, de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.

Cai Guo-Qiang ha incendiado muchos cielos y muchos lienzos. Esparce la pólvora, tapa el lienzo, prende la mecha y... nace un cuadro. Ahora el talento de Cai Guo-Qiang va a llegar a España.

El artista empezó su formación como pintor inspirándose en las obras de El Greco y su admiración le trajo a España en 2009, aunque en septiembre de este año, le traerá de nuevo.

En septiembre realizará una de sus obras en el edificio del Salón de Reinos, última ampliación del Museo del Prado. La obra de Cai Guo-Qiang será el último legado de Miguel Zugaza en la pinacoteca antes de que deje su cargo como actual director. Pero antes de irse, vuelve a revolucionar los clásicos muros del Museo con otra idea explosiva.