Es un hecho que hay grandes mujeres escritoras. "Nos han quitado el sitio, nos han dicho que no podemos", afirma Celia De Molina, actriz.

Basta con repasar la lista de mujeres en la Real Academia de la Lengua: ahora sólo hay siete. Desde 1979, cuando entró la primera mujer, sólo diez más han han ocupado sus sillones. Emilia Pardo Bazán, María Moliner y Rosa Montero fueron rechazadas.

"Podemos tener la sensación del 'boom' de las mujeres y desgraciadamente eso está lejos de ser verdad", asegura Alina Karekaite, trabajadora de la librería 'Mujeres'.

Tampoco se les premia. En 42 años, sólo cuatro mujeres han ganado el Cervantes. "Estamos ante el peligro de una sola historia, una única historia: la que cuenta el varón blanco, normalmente heterosexual", añade Karekaite.

Por eso, la librería 'Mujeres' lleva ya cuatro décadas dedicada a la venta de obras de escritoras, dándoles la importancia que los planes de estudios les han arrebatado. "Hay un porcentaje ridículo de escritoras en los libros de texto", denuncia Pilar Sánchez, profesora de Lengua y Literatura del IES Alfredo Kraus.

Para suplir este desconocimiento, Celia de Molina ha puesto en marcha el 'Párking de Towanda'. A través de su web, recomienda un libro al mes escrito por una mujer. "Igual que nosotras hemos leído a hombres, ahora que ellos también se apunten a leer obras de mujeres", explica De Molina.

Eso es lo que hace falta, porque Virginia Woolf ya se atrevió a decir que 'anónimo', era a menudo una mujer.