La nueva cogida a Juan José Padilla se produjo con su segundo toro y en el inicio de la faena de muleta. Fueron dos cornadas de las que el torero se recupera bien, aunque el pronóstico es grave.

Ha dormido toda la noche y la buena señal es que no tiene fiebre, aunque estará ingresado tres días como mínimo después de haber sido operado en la misma enfermería de la plaza y ser trasladado posteriormente.

"Me encuentro feliz y contento porque mi profesión se digna de mucha verdad, se siente de verdad, se sufre de verdad y se muere de verdad", nos explicado cuando nos ha atendido en la habitación del hospital.

La primera cornada, en el muslo, tenía dos trayectorias de 15 y 20 centímetros e hizo que perdiera el parche del ojo. La segunda, ya zarandeado como un muñeco, fue en el tórax izquierdo, de 15 centímetros, llegando hasta la axila.

"Me había avisado en algunas ocasiones y en una de esas me atrapó el animal", cuenta desde la cama del hospital. La operación no fue inmediata, porque Padilla decidió seguir en el ruedo haciéndose un torniquete y aceleró el final de la faena para dar muerte al toro.