Es un tema que las grandes productoras aún esquivan y para financiarse pusieron en marcha una campaña de crowdfunding que teminó por recaudar 14.000 dólares. En apenas un día ha tenido ya dos millones de reproducciones y ya se ha presentado en varios festivales internacionales.

La animación permite jugar con la metáfora visual del corazón del joven, que en cuanto ve al otro chico, se le sale del pecho y comienza a perseguirle. Asustado, corre tras su corazón, intentando de esta manera ocultar sus sentimientos por miedo al rechazo.

Un desenlace feliz obliga al espectador a sonreir ante la ternura de un corto que no habla de un amor homosexual. Habla, simplemente, de amor.