Las calles de San Asensio se han inundado de su bien más preciado. Por un día, el vino no se bebe, se tira. En total, entre 30.000 y 40.000 litros. Desde pistolas de agua hasta botas, cualquier arma es válida para defenderse del contrincante, porque en esta guerra vale todo.

Este pueblo riojano lleva 39 años celebrando una fiesta que ya se ha convertido en una de las más relevantes del verano, junto a la Tomatina. Eso sí, aquí lo importante es divertirse, porque a la hora de la verdad, no gana nadie.