El Mad Cool no permite la entrada ni de comida ni bebida a su festival por una cuestión sanitaria: "Sanidad nos exige un control estricto de lo que se consume aquí con lo cual si yo dejo entrar comida de fuera tengo un problema" explica Javier Arnaiz, director del festival.

Pero la mayoría, no entiende la medida: "El plátano es muy peligroso, puede ser un arma mortal". El bocata dentro vale 9,5 euros el agua dos, la caña 3,5, el refresco tres y el mini nueve.

En el BBK de Bilbao se hace la misma criba. La organización lo justifica diciendo que el público puede salir del recinto cuando quiera a comer pero las asociaciones de consumidores lo ven abusivo y fraudulento: "Es totalmente ilegal, es como tener que comprarte dentro las gafas de sol" denuncia Rubén Sánchez, de Facua.

Mientras tanto, bocadillos, botellas, y hasta tuppers de aceitunas se quedan sin música.