No está escondido, pero muy pocos lo conocen. El Panteón de Hombres Ilustres se construyó en Madrid a finales del siglo XIX para albergar a las personalidades más importantes del país. Pero se quedó a medias.

"No están ninguna de las figuras artísticas, ni políticas, vamos...ni sociales de la época", asegura Alberto Tellería, vocal técnico de 'Madrid, ciudadanía y patrimonio'.

Además del Panteón se construyó un campanario de estilo italiano que iba a coronar a la joya del proyecto. Una basílica que por falta de presupuesto nunca vio la luz. En su lugar está el colegio 'Virgen de Atocha'.

El complejo, de haberse llevado a cabo tendría otro aspecto. Lo más curioso de todo es que el campanario, que al igual que el Panteón es Bien de Interés Cultural, está atrapado entre los muros del colegio. Para subir, hay que hacerlo por dentro del edificio.

Para subir a la parte más alta hay, desde la base hasta arriba del todo del campanile, 70 metros de altura, 193 escalones hasta la parte más alta, que una vez subidos nos permite ver una vista general de la ciudad.

"Patrimonio lo que hace todos los años es habilitar una serie de presupuestos para el mantenimiento del edificio", explica Andrea San Valentín, arquitecta de Patrimonio Natural.

Una iniciativa vecinal está pidiendo que se pueda abrir al público, pero no es tan sencillo. "Hay que plantearse dos cuestiones relativas a la seguridad: la seguridad del propio bien y la seguridad de las personas", declara Alicia Torija, vocal de Consejo Regional de Patrimonio.

Para que fuese visitable tendrían que habilitar un acceso seguro. Hace tiempo se planteó incluso derribar el colegio. "Sería un problema y creo que los padres que nos han elegido, para ellos sí que sería un problema grave", insiste Jesús Ángel Díez, director del colegio 'Virgen de Atocha'.

No hay una solución fácil. Hasta que llegue, el campanario seguirá contemplando Madrid atrapado entre muros, pero también sintiendo el calor de los más pequeños.