Ronald Lee Ermey fue uno de esos actores que juegan con ventaja a la hora de encarar un papel. Había sido sargento en la vida real y había combatido en Vietnam y Okinawa. De hecho, fue contratado para la película como asesor pero Stanley Kubrick, director de la cinta, quedó tan impresionado con él, que acabó por darle el papel y permitirle todo tipo de libertades.

Fue el más grande de una saga de insultadores profesionales que ha plagado el mundo del celuloide a lo largo de los años. Desde Clint Eastwood a Samuel L. Jackson, pasando por Joe Pesci o el gran Vinnie Jones, todo un profesional en el arte del insulto y el 'macarrismo'.

Muchos de sus personajes en el gran pantalla nos han dejado toda una retahíla de improperios difícil de borrar de nuestras memorias. No hay duda de que el lenguaje -aunque sea malsonante-, como el amor o las emociones, también puede convertir en mítica una producción cinematográfica.