Rihanna se ha coronado como la suma sacerdotisa del pop en la gala del MET. La fiesta más grande del mundo de la moda no ha defraudado este año en el que estaba dedicada a la iconografía católica.

Así Katy Perry se transformó en un ángel. Y Ariana Grande era en sí misma un pedazo de la capilla sixtina. Hubo modelos tipo batman, tipo monja, tipo virgen, tipo alfombra vaticana, tipo no sé qué con hula hop incluido... Indulgencia plenaria para Sarah Jessica Parker por llevar el baldaquino de San Pedro en la cabeza.

Algunas se inspiraron en colecciones reales. Gaultier dedicó al catolicismo su colección primavera verano 2007. Y lo de vestir de catedral bizantina ya lo hicieron Dolce Gabanna en 2013.

Porque la moda y el arte han tirado mucho de la religión. Balenciaga se inspiró en los frailes que pintaba Zurbarán para diseñar vestidos y lo de los crucifijos en los artistas es habitual. Sobre todo en Madonna, no podía faltar en la gala como madrastra de Blancanieves. Desde like a virgin, su obra ha incluido muchas referencias católicas.