La película 'Éxtasis', fue prohibida durante 20 años en varios estados americanos, pero esta interpretación le supuso el salto a la fama. Desde este momento Lamarr interpretó a toda clase de mujeres exóticas, deseo de cualquier héroe americano del momento.

La industria del cine se encargó de crear una imagen poco fiel de la actriz. Ella decía "cualquier chica puede ser glamurosa, sólo tiene que estar quieta y parecer estúpida". Rompedora y brillante, su faceta de ingeniera quedó algo relegada y sus pasos en este terreno sin reconocer.

Fue la inventora de una importante técnica de encriptación que permitió después la comunicación inalámbrica: el precursor del wifi y el bluetooth. Pero lo importante eran las curvas. Su autobiografía, 'Éxtasis y yo'se reedita ahora en España. Un viaje a contracorriente en el que se recogen las peripecias por las que pasó, algunas de ellas dignas de llevarse al guión. Incluso, colaboró con el gobierno americano en su lucha contra los nazis.

Pero nos quedamos con esta. A los dos años de casarse y presa de su marido, estudió el comportamiento de su criada para sedarla y poder escapar haciéndose pasar por ella. Sobre esto dijo "él había jugado a tenerme prisionera, yo jugué a escaparme. Él perdió".