El escritor Andrés Trapiello se ha atrevido a traducir 'El Quijote' al castellano que hoy utilizamos todos. Su objetivo, convertir ideas incomprensibles en mensajes aptos para todos.

"El problema es que a los españoles se les obligaba a leer 'El Quijote' en una lengua que no es la nuestra", explica Trapiello. "No es un sustituto, ni un antídoto. Es una puerta abierta para demostrar que 'El Quijote' es un obra moderna", defiende José Manuel Lucía Megías, presidente de la Asociación de Cervantistas.

Si leemos una edición original de la novela de Cervantes, necesitaríamos entre 4.000 y 5.000 notas a pie de página para comprenderla. Y es que nuestra lengua no tiene nada que ver con la que se hablaba en el siglo XVII.

Además de un excesivo uso del subjuntivo y de frases que no guardan un orden lógico, en el castellano de hace cuatro siglos había refranes que ya no se usan y una multitud de palabras arcaicas.