Bruno Mars hizo esa "magia de 24 quilates" que da nombre a su último álbum y arrasó en el regreso de los Grammy a Nueva York, donde levantó los seis gramófonos a los que aspiraba mientras que el favorito, Jay-Z, se fue de vacío.

Mars, que tiene algo de ascendencia puertorriqueña, triunfó con su trabajo '24K Magic' (mejor álbum general y de R&B), su tema homónimo '24K Magic' (mejor grabación) y el pegadizo 'That's what I like' (mejor canción general y de R&B, y mejor actuación de R&B).

Cerca estuvo Kendrick Lamar, que logró cinco de siete candidaturas. 'HHUMBLE' ganó los principales premios de rap: canción, actuación individual y vídeo musical; mientras que 'LOYALTY', que interpreta con Rihanna, ganó la mejor actuación cantada de rap, ambos temas en el álbum 'DAMN', vencedor en la categoría de rap. Jay-Z, que copaba las apuestas de los Grammy con un total de ocho candidaturas, estuvo en vilo hasta la entrega del álbum del año, pero no lo consiguió, como le ocurrió en 2017 a su esposa, Beyoncé.

No obstante, Lamar lo elogió como uno de sus maestros, junto a Nas y P. Diddy, y proclamó: "¡Jay-Z para presidente!". Se fueron también de vacío los puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee ('Despacito'), que querían hacer historia con un tema español para mejor grabación, mejor canción o actuación pop de un dúo o grupo. Childish Gambino, nominado a cinco premios, solo se llevó el de actuación de R&B tradicional, por 'Redbone'.

Con una impresionante puesta en escena de tintes militares y patrióticos en la que se representó un tiroteo, abrió la gala Kendrick Lamar, que fue interrumpido por el comediante Dave Chappelle ironizando sobre los retos de ser un hombre negro en el Estados Unidos actual. Ese tono político de la noche grande de la música, este año más diversa en cuanto a nominados, se hizo también patente en los atuendos de muchos invitados, que vistieron de color blanco y lucieron rosas en apoyo a los movimientos contra el acoso sexual 'Time's Up' y 'Me too', especialmente las mujeres.

Lady Gaga actuó sentada ante un piano que extendía unas alas cubiertas de plumas blancas y antes de pasar a cantar 'Million reasons' exclamó, precisamente, "Time's up!" (se ha acabado el tiempo).

No obstante, entre las actuaciones destacó la de Kesha, que hizo una conmovedora interpretación de 'Praying' junto a un coro integrado por Camila Cabello, Cyndi Lauper, Julia Michaels y Andra Day, con las que se fundió en un abrazo. "Dijiste que estaba acabada pero te equivocabas y lo mejor está por llegar", cantó la intérprete, que está sumida en una batalla legal por acoso y fue presentada por una reivindicativa Janelle Monae, quien recordó que "no solo ocurre en Hollywood y Washington".

Reivindicativos fueron también Camila Cabello, que rindió homenaje a los 'dreamers' (soñadores, los indocumentados llegados de niños a EEUU) para dar paso a U2, o el rapero Logic, que pidió justicia para los inmigrantes e igualdad para las mujeres tras interpretar "1-800-273-8255".