El penúltimo episodio del culebrón de la entrega del Nobel tuvo lugar el martes, cuando la secretaria permanente de la Academia, Sara Danius, informó en su blog de que no habían hablado con el músico en los últimos meses y recordaba que la conferencia de recepción del premio debía celebrarse a más tardar el 10 de junio.

Un día después, la secretaria permanente de la Academia, Sara Danius colgaba un post titulado: "Buenas noticias sobre Dylan", en el que explicaba que la Academia iría a uno de los dos conciertos del cantautor en Estocolmo.

Habían acordado darle el diploma y la medalla Nobel en un encuentro "pequeño e íntimo", sin presencia de los medios de comunicación.

Era el deseo del estadounidense y la Academia, que lo había aceptado, señalaba que esperaba recibir más adelante el discurso de aceptación del premio grabado, algo que ya se había hecho en otras ocasiones.

Dylan fue reconocido con el Nobel el pasado 13 de octubre por crear "nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense", una elección sorprendente por ser la primera vez que se premiaba a un cantautor.

La Academia sueca intentó contactar con él sin éxito durante varios días y uno de sus miembros, el escritor Per Wästberg, lo llegó a calificar de "rudo" y "arrogante", aunque la institución se desmarcó más tarde de esas palabras.

Quince días después de ser premiado, Dylan aceptó el Nobel y agradeció un premio que le había dejado "sin palabras", en conversación telefónica con Danius de la que se informó a través de la red social Twitter.