La actriz Carrie Fisher tenía restos de cocaína y heroína en su cuerpo cuando murió, de acuerdo con los resultados de la autopsia que, no obstante, no concluyeron que estas drogas fueran la causa determinante de su fallecimiento a los 60 años.

La revista 'People' publicó nuevos extractos del informe de la oficina del forense del condado de Los Ángeles, después de que el pasado viernes se conociera que la autopsia señaló a una apnea del sueño y la combinación de otros factores como las posibles causas de la muerte de Fisher.

El reporte toxicológico desveló que la intérprete tenía en su organismo restos de cocaína, metadona, etanol y opiáceos cuando falleció.

Coincidiendo con las revelaciones sobre la muerte de la actriz, su hija Billie Lourd divulgó un comunicado acerca de las circunstancias que rodearon la muerte de Fisher, quien a lo largo de su vida afrontó numerosos problemas con las drogas.

"Mi madre luchó contra la adicción a las drogas y las enfermedades mentales toda su vida. Finalmente murió por eso. Ella fue deliberadamente transparente en todo su trabajo acerca de los estigmas sociales que rodean estas enfermedades", afirmó.