Una imagen propia de ciencia ficción pero que ahora está cada vez más cerca de la realidad: "El experimento que hemos hecho es borrar todas esas marcas que se van añadiendo al ADN de nuestras células conforme vamos añadiendo años a nuestras vidas" explica Juan Carlos Izpisua, investigador y bioquímico.

No hablan solo de borrar arrugas y canas sino de frenar los verdaderos signos de la vejez y mejorar el funcionamiento de nuestros órganos: "Modificamos las marcas que se han acumulado, pero no cambiamos su mutación, dejamos la genética intacta" dice Izpisua.

Lo hacen mediante una nueva técnica de reprogramación celular con la han conseguido algo hasta ahora impensable: devolverles a unos ratones ancianos su juventud: "Si podemos manipular la aparición de esas marcas, estoy convencido de que podremos modificar el funcionamiento de estos órganos" declara el investigador.

Este descubrimiento supone una auténtica revolución: modificar la edad, algo hasta ahora considerado completamente inmanipulable. En ratones se ha conseguido ya aumentar un 30% su esperanza de vida y en 10 años podría probarse por primera vez en humanos. Si funciona no sólo frenaríamos nuestro reloj biológico sino que podríamos sumar 25 años más a nuestras vidas.