El británico Nick Allen, es un reconocido cantante de ópera que ha cantado en infinidad de lugares a lo largo de su carrera, pero sin duda, un escenario del que nunca podrá olvidarse es el de su último viaje, la Antártida.

En este mágico lugar y rodeado de unos maravillosos espectadores como son los pingüinos, Allen decidió cantar su versión de ‘Oh solle mio’ sin prever la posterior reacción que estos simpáticos animales tendrían. Cuando Allen comenzó a cantar los pingüinos empezaron a huir despavoridos. Una reacción, que aunque a primera vista es graciosa, también tiene su lado negativo.

Este llamativo vídeo ha dividido a las redes sociales originando una gran polémica ya que aunque muchos usuarios califican de divertido el momento, otros critican la acción de Allen por considerarla maltrato animal, aunque sea de forma psicológica, porque, según explican, es una forma de perturbar el hábitat natural de estos animales.

En otro vídeo colgado en su red social, el propio cantante anunció la retirada del vídeo anterior. Allen, arrepentido, cuenta cómo la International Antartic Tour Operators contactó con él, mostrándose preocupada porque otras personas quisieran ir a la Antártida a repetir la misma acción para lograr más visitas en sus cuentas de Internet.

"Amo a los animales y me dolió leer esos comentarios", lamenta Allen. "Me siento culpable, la última cosa que quería hacer era asustar a esos pobres animales, no me copien", pide el cantante a sus seguidores mientras explica que "la Antártida es un lugar maravilloso y, por desgracia, no la he tratado con el suficiente respeto", concluye.