Los investigadores, tras
ajustas factores como el tabaquismo, la actividad física o el consumo de
alcohol, han concluido que las personas que trabajan entre 41 y 48 horas
semanales corren un 10% más de riesgo de sufrir un derrame cerebral. Esto se ve
aumentado si se trabajan entre 49 y 54 horas: en este caso el riesgo es un 27%
mayor. Además si se trabajan más de 55 horas el riesgo aumenta hasta un 33%.
Urban Janlert,
investigador de la Universidad sueca de Umea, asegura que "las largas horas de
trabajo no son algo insignificante" y advierte de los peligros que esto puede
suponer ya que "son causa de accidentes cardiovasculares que se pueden evitar".
Además, un metaanálisis
realizado por los autores del estudio ha demostrado que aquellos que trabajan 55
horas semanales tienen un 13% más de posibilidades de desarrollar una
enfermedad cardíaca.
Este estudio es la
muestra de que no solo están implicadas la dieta, el ejercicio y la medicina en
la prevención de accidentes cardiovasculares: trabajar en exceso puede
favorecer este tipo de dolencias que muchas veces pueden llegar a causar la
muerte.